domingo, 6 de febrero de 2011

Morir en Málaga

Ubicación de las mezquitas con respecto al monte Gibralfaro
Ayer tuve la oportunidad de ver las mezquitas funerarias y necrópolis musulmana de calle Agua en Málaga. Al lado de la Capilla de la Cofradía del Rescate sale una calle hacia el monte Gibralfaro donde en los bajos de un edificio de construcción relativamente reciente se haya un tesoro arqueológico e histórico de gran importancia para entender las costumbres funerarias malagueñas en la Edad Media.

A principio de los años 90 con motivo de la cimentación de un nuevo bloque de viviendas aparecieron los restos de dos mezquitas funerarias, un mausoleo y diversas tumbas de lo que formaba parte de un gran complejo funerario extramuros que se hallaba enclavado en los Arrabales de Málaga, aun así se echaron los cimientos del nuevo bloque de viviendas y estos se humen entre los restos de paramentos de las mezquitas. Recientemente y consciente de la gran importancia arqueológica del yacimiento los técnicos de la Junta de Andalucía procedieron a ponerlo en valor y la misma Junta compró e invirtió un gran dineral en recuperar dicho yacimiento y hacer un centro de interpretación del mismo en los bajos del edificio. Ayer pude contemplar como todo está montado y preparado para la llegada de visitantes, la excavación perfectamente delimitada y explicada, así como los paneles explicativos, el sistema de iluminación y demás. Como había entrado de forma extraordinaria me informé de porqué un complejo tan interesante no había podido abrir todavía al público y permanecía cerrado y me contaron que el ayuntamiento de Málaga no había dado licencia de apertura por no sé qué problemas técnicos de evacuación y demás. Este tipo de cosas en Málaga son muy comunes ya que cuando Junta y Ayuntamiento son de distinto signo político se tiran los trastos y se hacen la puñeta mutuamente. Actualmente con todo ya preparado y montado el yacimiento espera la licencia de apertura sin poder recibir ninguna visita a no ser en casos excepcionales y medio en secreto como el que un servidor pudo disfrutar.

 
A comienzos del s. VIII la ciudad de Málaga estaba en plena decadencia y el número de población desde el apogeo de la época romana había descendido considerablemente. En la época imperial, la ciudad había experimentado un notable desarrollo adquiriendo incluso la categoría de municipium. El puerto cobró importancia debido a la exportación del suculento garum que era la salsa echa a base de vísceras de pescado macerado mas suculenta a los paladares romanos. Pero la crisis del imperio y la llegada de los visigodos, relegaron a la ciudad a un tercer plano y esta perdió su importancia económica y comercial. Cuando llegaron los árabes se encontraron una ciudad con poca resistencia y población. En pocos años Málaga se transformó en una ciudad islámica, se levantaron las murallas, se construyó la mezquita aljama, se formó la Medina y las calles se transformaron llenándose de recovecos, adarves, calles estrechas y viviendas estructuradas en células. La formación urbanística de Málaga en este periodo era similar a la de muchas ciudades del norte de África, la cultura almohade y almorávide son claros nexos de unión entre Al-Ándalus y el norte de África.

Estado actual de las mezquitas de calle Agua
Las mezquitas y necrópolis de calle Agua se construyeron a principios del s. XII fuera de las murallas de la ciudad. En Málaga había varias necrópolis situadas extramuros, esta es quizá la más grande y la zona descubierta es una pequeña parte de lo que sería el inmenso cementerio de Yabal Faruh en las estribaciones del monte Gibralfaro. El complejo descubierto muestra los paramentos de dos mezquitas realizadas con sillares de arenisca, soga y tizón con unas interesantes decoraciones de estrellas de ocho puntas y el árbol de la vida o del Paraíso conservando una de ellas la inconfundible forma del mihrab en el muro de la quibla
Cementerio de Fez donde se puede observar la disposición de las tumbas en ladera y extramuros
 
En el Islam no hay diferencia de clases sociales en la forma del enterramiento aunque si en la cercanía de estos al muro de la mezquita, de tal manera que teniendo todos los enterramientos la misma morfología sabemos que aquellos que estaban más cerca del muro de la mezquita eran los de personas más ilustres. En Fez y otras ciudades del norte de África podemos observar en los cementerios fuera de las ciudades las mismas características que hemos encontrado en la necrópolis de Málaga. La posición del difunto era lateral mirando hacia la Meca en un cerco delimitado por ladrillo y con una sencilla losa y la correspondiente lápida normalmente sin decoración ninguna. El hecho de estar en las faldas del monte posibilitaba una estructura escalonada aprovechando el terreno. Las pocas descripciones que hay de este sitio nos hablan de un lugar donde había jardines y fuentes, pensemos que los cementerios en el mundo islámico no solo estaban en las afueras de las ciudades sino que además eran también un lugar social. Fuera de casa o de las murallas las mujeres no podían salir a no ser que fuese al cementerio, estas formaban parte de la comitiva del difunto a modo de plañideras. La necrópolis de Málaga ofrecía extramuros un lugar de vida social para las mujeres entre las fuentes, los jardines y los difuntos. Todavía hoy en día se puede observar en pueblos del interior de Málaga y de Andalucía en general como las mujeres van separadas de los hombres en el cortejo funerario y como persisten una serie de costumbres ancestrales que sin duda alguna han sido heredadas por el cristianismo en muchos pueblos del Sur de España.

El 19 de agosto de 1487 entraron los Reyes Católicos en la ciudad nazarí de Málaga. Uno de los cronistas que iba en la comitiva relata la entrada y habla de que entraron por la que actualmente es la calle Victoria que desembocaba en la Puerta de Granada de la antigua muralla. Desde allí el cronista relata la visión del cementerio musulmán en las faldas del monte Gibralfaro. Posteriormente a la conquista cristiana el lugar se utilizó para fábrica de ladrillo y hornos perdiéndose con el paso del tiempo hasta hoy.
Personalmente me encantó este sitio, seguramente a mucha gente solo le parecerán piedras apiladas, pero a mí me transporta a otras épocas y hace volar un poco la imaginación. La visita de ayer no solo me hizo disfrutar, sino darme cuenta también que Málaga tiene muchos tesoros escondidos, ya sea por capas de tierra y el olvido o por un cierto complejo de inferioridad, unas veces respecto a Sevilla, las otras con Granada. Qué duda cabe que Málaga por donde han pasado fenicios, griegos, romanos, vándalos, visigodos, bizantinos y árabes es un pozo sin fondo de sorpresas y muchas de estas están por descubrir. Málaga es mucho más que tópico andaluz, Semana Santa, Feria y Coplas; solo queda que los malagueños se aventuren a descubrirlo.